Todo lo que nos puede ocurrir en la vida, es una larga cadena de causa y efectos.
No existe la suerte (ni buena, ni mala), ni el azar, ni las casualidades ni las coincidencias.
Cuando nos pasa algo y no conocemos su causa, si nos conviene decimos: “que buena suerte “, y si no nos conviene decimos “que mala suerte” pero siempre es una consecuencia, o sea un efecto, de un accionar nuestro previo.
Cuando esa causa está en esta vida, se debe a nuestro libre albedrio y podemos identificarla fácilmente.
Pero cuando la causa de lo que nos pasa está en una vida anterior, eso es lo que define a un conflicto karmático.
Todos traemos de vidas anteriores conflictos sin resolver, o sea lecciones que no fueron todavía aprendidas por nosotros.
En el proceso de nacer una y otra vez, en situaciones diferentes cada vez, se nos otorga la oportunidad de superar y aprender lecciones y la manera en que asumimos estos retos, define nuestro karma para nuestro presente, futuro y vida siguientes.
Entre mejores sean nuestras acciones, mas podemos avanzar en la rueda de la vida
Ene
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